miércoles, 27 de enero de 2010

mi náutico marino

Por la espiral de mis nubes encontré a un naútico marino
Que me invitó arena y vino y me sacó a bailar en la marea
Me hizo volar como un cometa y me amó hasta los gritos
Después de nuestro amor loco y furtivo desapareció en su calera
El rastro que dejaba en ese mar hermoso desaparecía a su paso
Y mis brazos no eran lo suficientemente fuertes como para poder alcanzarlo
Hundí mi pena en mi almohada y lloré
Lloré, lloré, lloré, y grité como la primera vez del grito
Y lloré más gritando
Hasta que inundé todos mis recuerdos con su esencia
Y teñí todo mi pasado de un carmín infernal
Lloré hasta hundirme en mi propio mar
Ahí aprendí a nadar más y mejor
Hasta que llegó el dia de ir en busca de mi amor
Nadé en las superficies y en las profundidades
Pasaron dias, noches, lunas y soles
Y por fin, ya en el cansancio, y en lo más azul del mar más salado
Encontré a mi náutico marino, que para mi pena
se había enamorado de una sirena
Y en ese mar, el más azul y el más salado, me di cuenta
Que por amor siempre, hasta en el agua, el corazón quema.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Mi Amor

El Dios del que yo me enamoré, el Dios del que yo estoy enamorada, me ama con su amor, me ama con El Amor. Su amor trasciende los límites terrenales, no sabe de ira, es paciente, todo lo espera, todo lo cree y todo lo soporta. Mi Dios me ama como soy. Con mis errores, mis defectos, mis virtudes, en lo bueno y en lo malo, en mis mejores y en mis peores, cuando amo con su amor y aún cuando no lo hago. Mi Dios no quiere que me tiren piedras, y su amor es tal, que no solo no lo quiere para que las piedras no me caigan, sino para que aquellos que las sostienen no las lleguen a tirar. Porque el amor de mi Dios es para todos, y para todos por igual. Su amor es la única verdad, nadie más tiene la verdad en sus manos. La verdad no tiene forma de piedra. Su amor es un amor inmutable que mueve. Es un amor que permanece, es un amor que nadie pidió y que sin embargo, esta ahí, esperando, amando en silencio. El amor de mi Dios quiere almas que lo elijan libremente, y no le importa el camino que tomemos si lo seguimos en su amor. Nadie es más ni menos por hacer o dejar de hacer algo, por cambiar de decisiones, aún por dudar. Así de grande es su amor, así de puro, asi de incomprensible. No hay almas perdidas mientras su amor esté. El amor de mi Dios no quiere que nos encerremos en nuestras mentes y parámetros humanos, Él aspira a más para nosotros, mi Dios quiere que veamos con sus ojos, que toquemos con sus manos, que caminemos con sus pies y que besemos con su boca. Mientras estemos en su amor, lo que el quiere para nosotros se hará. Y será únicamente lo que Él quiera para nosotros, solo lo que Él quiera, no lo que quiera alguien más de nosotros. Mi Dios tiene su propio tiempo, que no es el nuestro. Tiene sus formas, que no siempre vamos a entender. Mi Dios quiere que nos realicemos en Él, porque Él es El Amor, porque Él es La Verdad, porque Él es lo eterno. Este es el Dios que me enamoró. Éste es mi Dios. Éste es el Dios que me eligió y que sabía que yo lo elegiría antes de yo saberlo. Este es el Dios que me pone dificultades para que yo aprenda a superarlas, sufrimientos para educar a mi corazón y dudas para no hacerme conformista. Pero este el Dios que también pone bendiciones en mi camino, muchas de las cuales creo no merecer, pero tal es su amor, que me las da a mí. Su amor es puro, no tiene mancha. Yo me muevo por su amor. Mi vida es un intento de amar con su amor. Y si se me juzgara por hacerlo, que me juzguen. Que me tiren piedras. Su amor es infinitamente más grande que una piedra y la mano que la tira, y su amor los ama también. Y por tanto, debo amarlos yo también, debo enseñarles el amor de mi Dios. En su amor todo lo soporto. Mi Dios no quiere que hayan miramientos intrascendentes entre sus amados. Él solo quiere que nos unamos en el abrazo de su amor. Que nos dejemos amar por El Amor. Que seamos parte y todo a la vez. Porque ese es el único y verdadero fin de nuestras almas, ser amados con el amor de mi Dios.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Luna celosa

La luna me miraba, fosforescente, como nunca.
Creo que estaba celosa porque había salido el sol después de mucho tiempo. Debe querer que nadie lo note, que nadie más se enamore de El. Yo haría lo mismo si no pudiera estar con el ser que amo. Desearía que nadie más lo viera. Que nadie más lo notara. Desearía poder hacer algo para que sea solo mío a pesar de que brilla para todos.

domingo, 25 de octubre de 2009

Estrellas del alma del Sol

Encontré estrellas en el sol y las recogí para dártelas
Para que taparas tu alma desnuda
Para que tu luz no me cegara

viernes, 16 de octubre de 2009

Pared

Tenía mis razones. Si no me hubiera alejado de ti en aquel entonces, nada de esto nos hubiera pasado. Y no crees que es lo mas hermoso que has vivido?

Te arriesgaste mucho, podria no haber pasado.

Era un riesgo que tenía que tomar. Pero muy dentro de mi sabia que algo mas grande nos esperaba. Nuestra historia no iba a terminar asi. Estaba segura.

Me hiciste dudar. Pense que te habias vuelto loca.

Siempre he estado loca. Acaso no lo sabias?

Sabes a lo que me refiero…

No… no veo la diferencia…

Es que te gusta no ver.

De que hablas?

Te gusta no ver. Cuando te fuiste no querías ver que era el destino que estuviéramos juntos, te gusta ‘hacerte’ la loca.

No me hago nada, asi soy. No es mi culpa. No se que mierda te pasa. Quieres que me largue otra vez?

Puedes hacerlo todas las veces que quieras, porque sé que siempre vas a regresar. Yo si sé que este es nuestro destino, yo no dudo, yo no necesito irme para comprobarlo. Pero derepente tu si necesitas hacerlo.

Callate imbecil! No sabes de que estas hablando! Es pura mierda! El destino lo hace uno mismo, si me da la gana me largo y no regreso mas!

Eso no va a hacer que no estes unida a mi.

Shhhh! Ya vienen… nos queda poco tiempo.

Te amo siempre. Aunque estes loca y dudes de todo.

Callate. Te amo también.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Vez Primera.

Me empezó a quitar la ropa lentamente y a besar mi cuello.
Lo único en lo que podía pensar era en que me moría de la vergüenza. Me moría de vergüenza de que me viera como Dios me trajo al mundo. No podía dejar de pensar en que él había estado con mil chicas mejores que yo. Casi modelos. Pero él decía que me amaba, aunque eso, obviamente, no era suficiente para hacerme sentir segura. Mi poco amor propio hacia de las suyas y no me hacia sentir suficiente. Pero aun así, había decidido hacerlo. Quería que él fuera el primero.
Ahora sus besos eran mas apasionados y sus manos me apretaban con más fuerza contra su cuerpo.
¿Y si me estaba equivocando? No. Le había dado tantas vueltas al asunto que no podía estar equivocada. Hasta la tía de mi amiga, que es medio bruja, me había dicho que él me amaba. Así es, había consultado a todo tipo de expertos. Encuestas de Cosmopolitan, medio brujas, horóscopos, opiniones de amigas más experimentadas que yo. Si. Ya me tocaba.
Casi sentía su cuerpo como parte del mío. Teníamos el mismo ritmo.
Pero seguía con vergüenza y ahora sentía un profundo miedo. Empecé a sudar y sentí como mis piernas perdían fuerza y se me adormecían agarrotadas. ¿Sería el miedo?
Y de pronto, un dolor que casi me parte en dos cruzó todo mi cuerpo. Grité. El me dijo al oído: Tranquila reina, lo estas haciendo muy bien.
El dolor no paraba, era casi como fuego. Traté de aguantarlo, pero era más fuerte que yo. Le dije: Me duele mucho. Casi con lágrimas en los ojos. Me respondió mirándome a los ojos y secándome las lágrimas: Ya. Voy a parar. Te amo. Y lentamente salió de mi adolorido cuerpo.
Se echó a mi costado, los dos estábamos completamente desnudos, me agarró la mano y la puso contra su pecho. Podía sentir los acelerados latidos de su corazón. Yo solo podía pensar en que seguramente lo había decepcionado. Lo había hecho mal y él me había dicho lo contrario solo para hacerme sentir bien.
De pronto me di cuenta de lo evidente. Nada me aseguraba que iba a querer estar conmigo por mucho tiempo. Tal vez se cansaba de mí y de mi poca experiencia y se largaba con cualquiera de sus amigas modelos, que no tenían reparo alguno en hacerlo con él solo por diversión. Acababa de darle el regalo innato con el que toda mujer nace. ¿En realidad él se lo merecía? Ahora no estaba segura de nada.
El me abrazó, beso un lado de mi frente y me dijo: Gracias. Te amo.
Yo solo tenía ganas de llorar.

Hoy

Ahora lloro todos los días y no puedo evitar preguntarme en qué momento fue que mi sol se me perdió. Tal vez no estuve atenta, a los soles les gusta escaparse porque no son de nadie.

Siento mi piel como si estuviera hecha de pétalos de rosa marchitos, casi escucho la sangre correr por mis venas. Miro hacia arriba y veo mis pensamientos enfrascados en burbujas que no son mías. Y donde se supone que debería estar mi corazón, siento una piedra que pesa tanto que no me deja respirar bien. Mi sonrisa se ha transformado en la nada de las lágrimas de mis cristales rotos sin luz. Mi garganta no deja de ser torturada por los invisibles golpes del río contenido. Mi voz perdió su música y trata de gritar su verdad.

Pero recuerdo como yo era antes y trato de volver a eso. Es difícil hacerlo cuando hay tanto dolor en todos lados. Y es aun más difícil cuando me siento egoísta por querer escapar de mi dolor. Porque es mío.

Trato de acostumbrarme a él. A quererlo de alguna forma. A sentirme a gusto con él, pero se me hace muy difícil. Mi sol tiene la culpa, me acostumbro a estar siempre alejada de él, a no verlo, a no darme cuenta de que existía. Mi sol tiene la culpa por haberme protegido tanto. Y ahora que se ha ido, el dolor ya no tiene ninguna barrera para llegar a mí. Es muy difícil acostumbrarse al dolor y no sentir que te quemas.